octubre 12, 2008

Ideas en una libreta

Domingo. Once de la mañana. Sentada en las escaleras de la Catedral. Ya pasaron más de veinticuatro horas y aun estoy procesando. No he logrado dejar de pensar. Ayer logré dormir a la una y media. A los dos y cuarto me desperté. No volví a dormir.

En el Centro de Lima, a las once de la mañana de un domingo, me siento menos fuera de lugar que en la casa. La gente toma fotos. Se ríen. Cargan a sus hijos. La vida me rodea. Me mira de reojo. En la casa el aire se ha quedado estancado. La vida se ha pasmado y no la miro ni de reojo.

Una señora con hábito morado me pregunta dónde está la Plaza de Armas. Le dije que también la buscaba. Caminamos juntas en silencio. Ella entró a la Catedral. Yo me quedé en las escaleras. No sé si ella haya encontrado lo que buscaba. Yo sigo aquí y espero.

Piensa en las mil barreras que hemos roto. Pienso que antes he pensado que todacía se puede una más. Puede que sea la barrera del silencio la última.

Me duele la pierna. Mi cadera hace crack crack. No importa. He llegado al Santuario de Nuestra Señora de la Soledad. Está en reparación. Han organizado una venta de viandas profondos. La Iglesia de San Francisco está intacta. Las Catacumbas. Entrar hasta el centro de la tierra para ya no salir. Mejor correr y hacer volar a las palomas.

Siento frío, Siento una especie de acidez en la boca. Estoy ocupada. Soy funcional. Hablo, camino, cargo cosas, pregunto, grabo. Pero esa maldita acidez no se me quita. Me siento en el Parque de la Muralla. Gente, luz, de nuevo la vida.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A mis 24 años y habiendo sufrido los mismo que todas las marías de Thalía pero sin final feliz, comencé a sacarle provecho a las depresiones: uno camina como volando... y el mundo a través de ojos lagrimosos se ve como con un vidrio delante... y cuando lloras así por así la gente se queda mirándote como si fueras loca calata. Lo disfruté mucho, pero ahora mis depresiones post-alcohol (únicas) las paso diferente jeje.
Nada es tan grave como parece, es algo que me dijeron una vez y me llegó en ese momento porque sentí que menospreciaban mi dolor, pero ya verás, el mundo es más bonito luego. Abrazos miles!.

Unknown dijo...

Y te saliste diciendo Dios alli no está?

LIVIA dijo...

Salí pensando que deberían sacar a tanto vendedor de la puerta de las iglesias del Centro porque si dios anda por ahí difícil que lo podamos encontrar...China! siempre tus palabras animando ... al final llegué a la misma conclusión que tú...cada etapa de sentirse bien o mal te deja algo besos gigantes!

Kari Moscol dijo...

esto lo escribiste cuando yo estaba en un aeropuerto... y no stuve ahi... pero ahora estoy.

Gino Ortiz Portugal dijo...

ya es hora que escribas otra cosa no crees???? han pasado mas cosas en tu vida, y cosas cheveres...